sábado, 20 de marzo de 2010

Diálogo con Jesús



«—¿No te has preguntado nunca cuál de las co­sas que vives es la que me causa mayor alegría? —
No —le digo a Jesús. Y El me responde:
—Cuando con lúcida libertad contestas que sí a las llamadas de Dios
—y continúa diciéndome—: Recuerda esta frase del Evangelio: La verdad os hará libres.

Sólo podéis responder a las llamadas de la gra­cia libremente cuando vuestra propia verdad se hace patente, cuando la aceptáis con humildad y cuando, desde ella, mantenéis un diálogo con Dios, dándoos cuenta de que todo lo que os haya pasado y os vaya a pasar responde a un amoroso y provi­dente proyecto de Aquel que es vuestro Padre.

Sí, muchas cosas os dejarán perplejos, e incluso os conducirán hasta una densa oscuridad; o bien causarán en vosotros un dolor hiriente y paralizador; pero la fuente de vuestra fe será vuestro escudo. ¿No se ha revelado Dios como vuestro Abba? ¿No he abrazado Yo, el Hijo, lo más miserable de vuestra condición? ¿No os defiende a vosotros el Espíritu Santo Paráclito? Todas estas realidades, creídas con el alma y el corazón, despertarán vuestra confianza.
¡No tengáis miedo de vosotros mismos! ¡No te­máis lo que sois, vuestra realidad, esa realidad que afronta cualquier ser humano, en la que Dios planta su tienda para habitar con vosotros! Dios se ha he­cho carne, su nuevo nombre es Emmanuel. Dios con nosotros: Dios con tu realidad.

Ábrete a ella sin mie­do. Sólo en la medida en que te descubras a ti mismo, descubrirás la hondura de su amor. En lo profundo de lo que eres, experimentarás que no estás solo. Amorosa y misericordiosamente, alguien ha penetra­do en el misterio de tu humanidad más íntima, y no como espectador, ni como juez, sino como alguien que te ama, que se ofrece y se une a ti para liberarte, para salvarte, para sanarte... Para quedarse siempre contigo amándote, ¡amándote!».




Conclusión del libro "Libertad Interior" de Jacques Philippe

martes, 2 de marzo de 2010

Cada persona... un Don en nuestras vidas


Nadie se cruza en tu vida por azar

Las personas entran en tu vida por una razón, entran en tu vida por una estación, o entran por una vida entera.

Cuando alguien entra en tu vida por una razón, es generalmente para llenar una necesidad que has demostrado tener.

Estas personas vienen en ayuda de una dificultad, proporcionarte apoyo, orientación, ayuda física, emocional o espiritual. Podrán parecer un regalo caído del cielo, y lo son!!! Están ahí por la razón que necesitas que estén ahí.

Entonces, sin ninguna actitud errónea de tu parte, en una hora incierta, esa persona dirá o hará alguna cosa para que la relación llegue a su fin.

Algunas veces esas personas mueren, otras veces, simplemente se van, algunas veces actúan y te fuerzan a tomar una posición.

Lo que debemos entender es que nuestras necesidades han sido atendidas, nuestros deseos cumplidos, el trabajo de ellos hecho. Ahora es tiempo de marcharse.

Cuando las personas entran en nuestras vidas por una estación, es porque llegó el momento de madurar, crecer y aprender.

Ellas te traen la experiencia de la paz, o te enseñan a sonreír. Ellas te pondrán enseñar algo que nunca has hecho. Ellas, generalmente dan una cantidad enorme de satisfacción, creeme, es real¡¡¡ Pero solamente por una estación.

Relaciones de una vida entera… enseñan lecciones para toda la vida. Cosas que debes construir para tener una formación emocional sólida. Tu tarea es aceptar la lección. Amar a la persona y poner en práctica lo que has aprendido en todas tus obras, relaciones y áreas de tu vida. A este núcleo que configura la existencia, pertenece la familia, el amigo, el primer amor….
Gracias por ser parte de mi vida